Las licencias Creative Commons son un modelo de artefacto legal que nos permite distribuir gratuita y libremente bienes culturales. Sin embargo, tiene varias opciones y a veces no son tan claros los alcances de cada una, habiendo incluso varios niveles de libertades que permitimos.
Una de estas licencias es la versión NoComercial, que es muy utilizada por colectivos que no quieren que sus producciones culturales sean explotadas comercialmente, es decir por las mismas formas de mercantilización capitalista que están discutiendo. Sin embargo, los alcances de la licencia NoComercial van más allá de eso y resulta difícil determinar dónde está el fin de lucro, impidiendo legalmente a otros colectivos por ejemplo, distribuir o reproducir copias de textos, películas y audios apenas por el costo de la producción o por un extra para mantener espacios y proyectos.
En estos casos es cuando los deseos que ponemos sobre la licencia NoComercial producen lo contrario de lo que esperamos. En lugar de hacer retroceder el fantasma del explotador capitalista, estamos impidiendo la sustentabilidad económica de colectivos y espacios de los que queremos ver más en el mundo.
Si bien puede argumentarse que en estos casos lo mejor es usar una licencia copyleft como la CompartirIgual, Dmitry Kleiner, el autor del Manifiesto Telecomunista, nos dice que necesitamos ir más allá e implementar una licencia copyfarleft que cumpla las dos funciones, impedir la mercantilización capitalista de la cultura a la vez que permite a colectivos y espacios donde no existe la explotación sustentarse económicamente.
Para esto modificó la licencia NoComercial convirtiéndola en NoCapitalista, donde la explotación comercial de la distribución y reproducción de una obra están permitidos solo a espacios donde la explotación capitalista no existe, es decir que los colectivos autogestionados, las cooperativas y las empresas bajo control obrero tenemos una ventaja económica sobre el mercado capitalista a la hora de mantener vivos nuestros proyectos. Esto también es parte de lo que explica Dmitry Kleiner en el Manifiesto Telecomunista.1